Córdoba. Catedral. Altar lateral


Los Evangelios aluden en diversas ocasiones a la mirada de Jesucristo (Cfr. Mc 10, 21; Mc 12, 41; Mt 4, 18-22; Jn 1, 42; Mt 19, 16; Mc 3, 5; Lc 22, 61; Jn 1, 38-47). La mirada del Señor es benévola y afectuosa, conmovedora y mostrando su conmoción ante nuestras faltas. Siempre es una mirada profundamente conocedora del que le mira y que penetra en lo más hondo de nuestra intimidad. Siempre es una mirada que mueve al arrepentimiento.
Esta es, precisamente, la mirada de este sagrario de uno de los altares de la Catedral-Mezquita de Córdoba, que, aunque quede deslucido por la cruz y los candeleros puestos sobre el altar, no ha perdido su fuerza. Posiblemente es una mirada del Ecce Homo, la mirada de ese Dios que murió por nosotros y ahora resucitado y triunfante está en el Sagrario, para que volvamos a encontrarnos con el siempre, siempre que le busquemos.
Es una pintura sobre tabla, como el resto del pequeño retablo, bien conservado y de buena factura.
Como el salmista también le decimos al Señor: Vultum tuum, Domine, requiram!
(Cfr. Sal 26, 8 (Vg)): Quiero ver tu rostro Señor.

Key words: Jesucristo: rostro.

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