Huesca. Aguero. Iglesia Parroquial de San Salvador


En Agüero, en la provincia de Huesca está la iglesia parroquial de San Salvador, construída en el siglo XII en estilo románico, pero modificada en el siglo XVI en estilo gótico. El retablo actual es barroco y está presidido por un Sagrario que no es barroco, y que seguramente se ha aprovechado del primitivo retablo. Esto viene avalado por la falta de dorado  y el clasicismo de su construcción y por lo tanto se separa del conjunto. La puerta del Sagrario también avala está afirmación.


En el Museo Lázaro Galdeano de Madrid se conserva una puerta de sagrario casi idéntica, como se puede comprobar en la fotografía.


Varía la posición de la cabeza del Salvador y la ausencia de la copa. La del Museo tiene policromía distinta y los ángeles inferiores tienen posturas diversas, su factura parece ser más delicada. La ficha de catálogo del Museo dice: Puerta de Sagrario. Bajorrelieve en madera policromada y estofada. Cristo, tras el altar, mostrando las Especies Eucarísticas. Delante, dos angelitos adorantes y en la parte alta otros dos que sostienen pabellón. Dimensiones: altura, 400 mm; anchura, 255 mm. Como iconografía dice: Cristo bendiciendo. Lugar de procedencia: España. Datación: 1525-1575.
            Poco hay que añadir, solo resaltar que quizá más que bendiciendo la imagen quiere reflejar el momento de la institución de la Eucaristía y hacerle ver al creyente que se ha quedado en ese lugar, con nosotros por un misterio de amor, para darse como alimento de fortaleza para nuestras vidas.
Leo y traduzco de un autor italiano: "Lo que Dios desea más que otra cosa es quedarse con nosotros, mostrarnos su amor, hacer que nos sintamos amados para que aprendamos a corresponder a su amor. Por esto no se contenta nunca, no le basta haber hecho algo grande por nosotros en el pasado, sino que siente la necesidad de buscarnos continuamente"




Madrid. Soto del Real


Traigo hoy, un pequeño Sagrario de un Oratorio privado en Soto del Real (Madrid). Esta construido en metal dorado y se le ha adosado una pequeña cruz en la parte superior de blanco nacarado que resulta muy chocante. La puerta está decorada con una coronación de la Virgen, siguiendo un esquema ya tradicional del Padre y el Hijo sosteniendo la corona sobre la Virgen y en la parte superior el Espíritu Santo. Seguramente es de mediados del siglo XX. Sin embargo, lo más sorprendente es una placa de metal dorado que está colocada en su interior.

Son ocho escenas en las que todas aparece la Virgen menos en una de ellas. Todo está dominado por la escena central de una Piedad y el resto se reparte en dos grupos: momentos de la vida de infancia: Presentación en el Templo, Huida a Egipto y Entre los doctores de Israel. El otro grupo son escenas de la Pasión: Camino del Calvario, Crucifixión, Descendimiento de la Cruz y Puesta del Señor en el Sepulcro. Cada una de ellas está identificada con una cita en la parte baja, que no se puede leer bien.
A mi entender esta chapa es anterior al Sagrario y se le ha buscado una ubicación aquí por causas que desconozco. Es más bien objeto de una piedad popular que ha querido representar unas escenas sin mucha lógica aparente. Interesante es la inscripción en la parte baja de la cita bíblica de la escena central, que aunque no es muy visible, podría decir: antonius ipano Erapienis facis 1575. Que situa la chapa claramente en el siglo XVI y un autor llamdo Antonio.
Una vez más la devoción se introduce en un objeto -el Sagrario- que debería estar siempre decorado -si se quiere decorar- con sentido, es decir mostrar que estamos antes la presencia sacramental de la persona viva, triunfante de Cristo nuestro Señor.