Madrid Parroquia de San Agustín

Iglesia construída por Luis Moya entre 1946-1950, de un estilo neobarroco. Ha sufrido diversas alteraciones en la zona del presbiterio, quitando un baldaquino original, pero la iglesia sigue siendo una de las más bellas de Madrid -siempre a mi gusto- y una avanzadilla arquitectónica y artística para su tiempo.


El Sagrario estuvo colocado en una capilla lateral, hasta que se hizo la actual capilla (se puede comprobar en una foto que existe en la Sacristía). La capilla actual es simétrica con la sacristía. Es un lugar recogido y muy acto para la adoración. El Sagrario está colocado sobre un bloque de mármol gris, de forma que es muy visible. Es de Talleres de Arte Granda, pero de una época, en la que esta prestigiosa firma hacía sagrarios singulares. Es de doble metal: plata y oro y trabajado con gusto
Toda la puerta está dominada por  una figura de Cristo resucitado dentro de una mandorla. Es una figura en  movimiento y sobre un fondo de rayos, dando a entender la divinidad y manifestando las dos naturalezas: divina y humana. Rodeada de ángeles, la imagen destaca sobre todo el conjunto y haciendo que la vista se centre únicamente en esa imagen.
Estamos ante la imagen del Kyrios, Resucitado triunfador: "el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único poseedor de la inmortalidad, que habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver." (Tim, 6-16).
No podemos contemplar los numerosos ángeles sin recordar el Himno Christe tu Patris que se utiliza en el actual Oficio ambrosiano y que dice así en su primera estrofa:
Oh Cristo, a quien Dios mismo declara su Hijo,
Tú eres el encanto de todos los Ángeles, 
la Salvación del Mundo, Tú el Camino, la  Vida, la Fuerza.




La parte superior, reposando sobre un friso muy trabajado es muy original, ya que en un medallón central está representada en altorrelieve, la figura de Dios Padre con los signos del imperio (globo terráqueo y bastón) y rodeado de dos ángeles en actitud adorante y discurriendo entre ellos, por la parte baja, un guirnalda, en la que se puede leer: Hic est filius meus dilectus. Este es mi hijo querido. Las palabras del Padre en el Bautismo y la Transfiguración. No está representado el Espíritu Santo. Las palabras, son altamente expresivas leídas aquí: ya que el Padre nos muestra la presencia real de su Hijo en el Sagrario:aquí tenéis presente a mi Hijo. El medallón está coronado por un crucifijo tradicional.
La ausencia de conopeo facilita poder contemplar la hermosura del Sagrario, aunque, lógicamente, para descubrir las palabras hay que hacer un gran esfuerzo  y sobre todo acercarse mucho a ellas, pero una vez sabido, se entiende bien la piedad con que fue trabajado por los artistas.

Hic est Filius meus dilectus (Cfr. Mt 3, 17)

Key Words: Ángeles, Jesucristo Resucitado, Dios Padre, Hic est filius meus dilectus, Madrid, Mandorla, San Agustín, Siglo XX, 


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